Poema El pródigo de Olga Orozco

El pródigo

de Olga Orozco



Aquí hay un tibio lecho de perdón y condenas
injurias del amor
para la insomne rebeldía del Pródigo.
Sí. Otra vez como antaño alguien se sobrecoge cuando lasoledad asciende con un canto radiante por los muros,
y el aliento remoto de lo desconocido le recorre la piel lo mismo quela cresta de una ola salvaje.
“Levántate. Es la hora en que serás eterno.”
Y otra vez como antaño alguien corta sin lágrimas unasajadas cintas que lo ataban al cuadro familiar,
y sepulta una llave bajo el ácido musgo del olvido.
Detrás queda una casa en donde su memoria será sombra yrelámpago.
Él probará otros frutos más amargos que el llantode la madre,
arderá en otras fiebres cuyas cóleras ciegas aniquilen lamaldición del padre,
despertará entre harapos más brillantes que el codiciosoimperio del hermano.
¿Hay algún sitio aún donde la libertad levantepara él su desafío?
Allí está su respuesta: una furiosa ley sin paz y sinamparo.
Pero noche tras noche,
mientras la sed, el hambre y el deseo dormitan junto al fuego comoerrantes mendigos que soñaran una fábulaespléndida,
otras escenas vuelven tras el cristal brumoso de su llanto
y un solo rostro surge desde el fondo de los gastados rostros
lo mismo que el monarca a través de la herrumbre de las viejasmonedas.
Es el antiguo amor.
El elegido ahora cuando el Pródigo torna a rescatar la llave dela casa.
Ha pagado su precio con el mismo sudario de un gran sueño.
¡Oh redes, duras redes que intentáis contener el viento desetiembre:
permitidle pasar!
No vino por perdón: no le obliguéis a expiar con elorgullo.
No vino por condena: no le obliguéis a amar con indulgencia.
Otra vez como antaño sólo vino con un ramo de ofrendas acambio de otros dones.
No haya más juez que tú,
Dios implacable y justo.


Analizar métrica y rima de El pródigo