J.R.J.
de ngel Gonzlez
Debajo del poema
laborioso mecnico,
apretaba las tuercas a un epteto.
Luego engras un adverbio,
dej la rima a punto,
afin el ritmo
y pint de amarillo el artefacto.
Al fin lo puso en marcha, y funcionaba.
No lo toques ya ms,
se dijo.
Pero
no pudo remediarlo:
volvi a empezar,
rompi los octoslabos,
los junt todos,
cambio por sinestesias las metforas,
aceler...
mas nada suceda.
Solt un tropo,
dej todas las piezas
en una lata malva,
y se march,
cansado de su nombre.