Poema Las tres musas últimas castellanas 32 de Francisco de Quevedo y Villegas

Las tres musas últimas castellanas 32

de Francisco de Quevedo y Villegas



Cuando a más sueño el alba me convida,
el velador piloto Palinuro
a voces rompe al natural seguro,
tregua del mal, esfuerzo de la vida.

¿Qué furia armada, o qué legión vestida
del miedo, o manto de la noche oscuro,
sin armas deja el escuadrón seguro,
a mí despierto, a mi razón dormida?

Algunos enemigos pensamientos,
cosarios en el mar de amor nacidos,
mi dormido batel han asaltado.

El alma toca al arma a los sentidos;
mas como Amor los halla soñolientos,
es cada sombra un enemigo armado.



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