Poema crepuscular
de Jos ngel Buesa
En el recogimiento de la tarde que muere,
entre las imprecisas brumas crepusculares,
cada jirn de sombras cobra vida, y sugiere
vaporosas siluetas familiares.
En la brisa que pasa, parece que suspira
la virgen de ojos claros que an suea en mi regreso;
el rumor de las frondas abre el ala de un beso,
y desde aquella estrella, alguien me mira…
All, entre la alameda, se perfila la sombra
grcil de la mujer que am ms en la vida,
y en la voz de la fuente vibra una voz querida,
que en su cancin de oro y cristal me nombra…
Todo canta, a esa hora, la cancin olvidada,
todo suea el ensueo que qued trunco unda,
y verdece de nuevo la ilusin agostada,
ebria de fe, de ardor y de armona…
Y entre la sutil bruma de prestigios de incienso
que exalta mis recuerdos y mi melancola,
en la paz de este parque abandonado, pienso
en la mujer que nunca ser ma…