Tercer poema del ro
de Jos ngel Buesa
El agua del ro pasaba indolente,
reflejando noches y arrastrando das…
T, desnuda en la fresca corriente,
reas…
Yo te contemplaba desde la ribera,
tendido a la sombra de un rbol sonoro;
y resplandeca tu urea cabellera,
desatada en el agua ligera,
como un remolino de espuma de oro…
Y pasaban las nubes errantes,
mientras t te erguas bajo el sol de esto,
con los blancos hombros llenos de diamantes,
en la rumorosa caricia del ro.
Y t te reas…
Y mirando mis manos vacas,
pens en tantas cosas que ya fueron mas,
y que se me han ido, como t te irs…
Y tend mis brazos hacia la corriente,
hacia la corriente cantarina y clara,
porque tuve miedo, repentinamente,
de que el agua feliz te arrastrara…
Y ya no reas…
bajo el sol de esto,
ni resplandecas de oro y de roco.
Y saliste corriendo del ro,
y llenaste mis manos vacas…
Y al sentir tu cuerpo tan cerca y tan mo,
al vivir en tu amor un instante
ms all del placer y del hasto,
vi pasar la sombra de una nube errante,
de una nube fugaz sobre el ro…