Los lazos de la quimera
de José Antonio Ramos Sucre
LOS LAZOS DE LA QUIMERA
Yo velaba en la crisis de la soledad nocturna. Elretrato de una mujer ideal, única alhaja del aposento,desplegaba mi sobreceño, divertía algunas veces miinquietud.
Yo lo había conseguido en la subasta de unosmuebles gentiles. El matiz de los cabellos me recordó los de unabeldad grácil, fantasma del olvido. El pincel de un ilusohabía persistido inútilmente en imitarlos.
Yo me esforzaba en calar el enigma de una disciplinasingular, de un arte secreto, y dibujaba, sin darme cuenta, la cifra decantidades inéditas.
Me he fatigado hasta el momento de hundirme en unsopor, bajo los dedos de una mano fría de mármol.
Yo desperté en una sala funeral y larecorrí por entero, sorteando las urnas de piedra. En elzócalo de una imagen de la eternidad, cegada por una venda,acerté con el residuo del veneno de Julieta.
Yo velaba en la crisis de la soledad nocturna. Elretrato de una mujer ideal, única alhaja del aposento,desplegaba mi sobreceño, divertía algunas veces miinquietud.
Yo lo había conseguido en la subasta de unosmuebles gentiles. El matiz de los cabellos me recordó los de unabeldad grácil, fantasma del olvido. El pincel de un ilusohabía persistido inútilmente en imitarlos.
Yo me esforzaba en calar el enigma de una disciplinasingular, de un arte secreto, y dibujaba, sin darme cuenta, la cifra decantidades inéditas.
Me he fatigado hasta el momento de hundirme en unsopor, bajo los dedos de una mano fría de mármol.
Yo desperté en una sala funeral y larecorrí por entero, sorteando las urnas de piedra. En elzócalo de una imagen de la eternidad, cegada por una venda,acerté con el residuo del veneno de Julieta.