Poemas de Alfonsina Storni

Alfonsina-Storni
Nombre: Alfonsina Storni
Nacimiento: Sala Capriasca, Suiza 29 de mayo de 1892
Muerte: Mar del Plata, Argentina 25 de octubre de 1938
Nacionalidad: Argentina
Biografía de Alfonsina Storni

Poemas de Alfonsina Storni



Poesías de Alfonsina Storni preferidas de nuestros lectores


  • Paz


  • Vamos hacia los árboles... el sueño
    Se hará en nosotros por virtud celeste.
    Vamos hacia los árboles; la noche
    Nos será blanda, la tristeza leve.

    Vamos hacia los árboles, el alma
    Adormecida de perfume agreste.
    Pero calla, no hables, sé piadoso;
    No despiertes los pájaros que duermen.

  • Frente al mar


  • Oh mar, enorme mar, corazón fiero
    De ritmo desigual, corazón malo,
    Yo soy más blanda que ese pobre palo
    Que se pudre en tus ondas prisionero.

    Oh mar, dame tu cólera tremenda,
    Yo me pasé la vida perdonando,
    Porque entendía, mar, yo me fui dando:
    «Piedad, piedad para el que más ofenda».

    Vulgaridad, vulgaridad me acosa.
    Ah, me han comprado la ciudad y el hombre.
    Hazme tener tu cólera sin nombre:
    Ya me fatiga esta misión de rosa.

    ¿Ves al vulgar? Ese vulgar me apena,
    Me falta el aire y donde falta quedo,
    Quisiera no entender, pero no puedo:
    Es la vulgaridad que me envenena.

    Me empobrecí porque entender abruma,
    Me empobrecí porque entender sofoca,
    ¡Bendecida la fuerza de la roca!
    Yo tengo el corazón como la espuma.

    Mar, yo soñaba ser como tú eres,
    Allá en las tardes que la vida mía
    Bajo las horas cálidas se abría...
    Ah, yo soñaba ser como tú eres.

    Mírame aquí, pequeña, miserable,
    Todo dolor me vence, todo sueño;
    Mar, dame, dame el inefable empeño
    De tornarme soberbia, inalcanzable.

    Dame tu sal, tu yodo, tu fiereza.
    ¡Aire de mar!... ¡Oh, tempestad! ¡Oh enojo!
    Desdichada de mí, soy un abrojo,
    Y muero, mar, sucumbo en mi pobreza.

    Y el alma mía es como el mar, es eso,
    Ah, la ciudad la pudre y la equivoca;
    Pequeña vida que dolor provoca,
    ¡Que pueda libertarme de su peso!

    Vuele mi empeño, mi esperanza vuele...
    La vida mía debió ser horrible,
    Debió ser una arteria incontenible
    Y apenas es cicatriz que siempre duele.