Poemas de Santiago Montobbio

Santiago-Montobbio
Nombre: Santiago Montobbio
Nacimiento: Barcelona 1966
Muerte:
Nacionalidad: España
Biografía de Santiago Montobbio

Poemas de Santiago Montobbio



Poesías de Santiago Montobbio preferidas de nuestros lectores


  • Ese tácito rito que me he impuesto

  • ESE TÁCITO RITO QUE ME HE IMPUESTO

    Si el hombre tuviera tiempo de sobras
    es posible que hiciera grandes cosas.
    Pero tras su espesa piel el tiempo alienta
    una sutil maraña de trampas y estrategias;
    tras su espesa piel o en su disperso puzzle
    ocasionalmente brinda adoquín de besos
    para que torpes como somos
    nos demos menos cuenta
    de que a través de ajedreces, adioses,
    inutilidades, esperas y otros juegos
    poco a poco y sin saber
    se vaya haciendo teoría confirmada
    el que la vida nos aplasta
    (y esto me gusta decirlo con un verbo que suena
    como un saco de patatas).

    En el momento en que subo en el ascensor
    es una nocturna hora intermedia.
    El espejo adivina el alcohol
    y parece decir que tengo aire
    de guardar alguna historia
    perdida por algún lado del abrigo
    y también varias posguerras. (Quizá
    porque a veces pienso que es probables
    que yo hubiera sido más leve o más feliz
    en la polvorienta Barcelona de los años cincuenta,
    y aunque haya procurado no abusar nunca
    mucho de ellas, este tipo de imágenes
    siempre me atrayeron con firmeza).
    La nostalgia realquilada d emi cara
    va a proyectarse ahora en otro espejo,
    fien el cumplir ese tácito rito que me he impuesto
    y que consiste en observarme como un actor retirado
    mientras fumo y bebo a solas
    frente a la pica del lavabo.
    Y para poblar esta habitual circunstancia
    van a cruzarme desamparadas imágenes
    hechas con recalentadas infancias,
    recuerdos o posturas que me cansaría escribir
    pero que si lo hiciera acabarían entercándose
    en intentar explicar por qué nuestro amor merece
    un lugar señero en la anónima enciclopedia
    de las historias ridículas.

    Historias que me cansaría escribir,
    con las que perdería el tiempo.

    Porque todo es pasado no sé si cierto,
    todo es presente esta tonta mancha de polvo
    y además aquí, en el lavabo de mi cuarto,
    sobre esta ya como ajeno rostro ajado
    y con tonadilla de tango
    sospecho o sé que no he perdido la vida
    (que eso ya sería algo); que no la he perdido, no,
    que estúpidamente sólo la voy perdiendo
    y que tampoco me produce un especial descanso
    el saber que voy a poder dejar por unas horas
    mis canosas miserias en suspenso.


  • República de soledades son las letras

  • REPÚBLICA DE SOLEDADES SON LAS LETRAS
    Será preciso navegar los ojos a los idiotas
    F.G.L.

    Será preciso navegar los ojos a los idiotas
    y será preciso entenderlos y más aún
    hacer ver que te entienden; será preciso, sí,
    del todo será preciso navegarles los ojos
    y quizá también subir a hacerles compañía
    a su grasienta alcoba, sigilosamente trepar
    con lenguas de trapo los oscuros puestos
    de una subnormal antología
    y asimismo estar siempre y con puntualidad atento
    a fin de poder soltar en el momento oportuno
    la tontería precisa:
                                      eso es lo que hago que me diga
    con una amable sonrisa de indulgencia
    el avezado compañero de letras que no tengo,
    amigo de lejos pero por suerte perteneciente
    a una generación (y, por cierto, ¿qué demonios
    querrá decir eso?) que ya lleva
    unos cuantos años ejerciendo.

    Pero no me hagan caso: a veces los poetas mentimos
    y ésta es una de ellas. Porque yo he cantado siempre
    desde las soledades de la piedra
    y quien ha cantado siempre
    desde las soledades de la piedra
    ha podido aunque herido seguir vivo
    pero jamás tener la ingenuidad
    de esperar que alguien le comprenda.
    O es más: que probablemente un pantanoso
    silencio sufriría
    si le sucediera algún día ese fastidio
    y, como todo, esto
                                         porque lo sé
    lo digo.