Venus burlada
de Juan Bautista Arriaza
Vio Venus en la alfombra de esmeralda
de un prado a mi adorado bien dormido,
y engañada, creyendo ser Cupido,
alegremente le acogió en su falda.
La frente le ciñó de una guirnalda
y por hacer terrible su descuido,
puso en sus manos un arpón bruñido
y la aljaba le cuelga de la espalda.
¡Hijo!, le iba a decir, mas despertando
mi Silvia le responde con enojos,
la aljaba y el arpón de sí arrojando:
«¡Toma, madre engañosa, esos despojos,
porque me son inútiles, estando
sin ellos hechos a vencer mis ojos!»
